“La última creación de Dios”: Ser mujer Santo de los Últimos Días

mayo 16, 2014 • mujeres en el mormonismo • Views: 13453

La vida en la tierra es diversa y su compleja sencillez demuestra la existencia de un Ser especial. Aunque algunos piensan que la vida es fortuita y el resultado de una casualidad, la perfección de toda la naturaleza, la vida y todo lo que el hombre ha descubierto de la tierra y el universo demuestra todo lo contrario; existe un Dios Todopoderoso.

En este sentido, los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, llamados también mormones, saben que tal perfección y todo lo que se observa en ello forma parte de un Plan de Salvación diseñado antes de que el hombre y la mujer vinieran a la tierra y todo fuera formado tal y como lo percibimos.

Hombre y mujer tenían un propósito que cumplir y era el de formar familias. Debían tener hijos y esforzarse para que pudieran ser felices en el tiempo de probación en este planeta. Como hijos espirituales de padres celestiales, estaban conscientes de su potencial divino, pero al llegar a la tierra y unidos cuerpo y espíritu, el conocimiento preterrenal quedó olvidado y se les requeriría seguir a Dios por fe y siguiendo la Luz de Cristo y la guía del Espíritu Santo.

Para que este plan se cumpliera debían existir el hombre y la mujer y que cada uno hiciera su aporte necesario para henchir la tierra. En este sentido tanto los hombres como las mujeres forman parte esencial y necesaria para dicho plan.

En el libro del Génesis, en La Biblia, Dios luego de ver a Adán solo en el jardín de Edén decidió buscar la ayuda idónea y en ese proceso hizo a Eva la cual sería su última creación en la tierra y la madre de toda generación en el planeta.

Para los santos de los últimos días, las mujeres ejercen un papel vital para el cumplimiento del Plan de Salvación. Ellas, como hijas de Dios, vinieron a la tierra con la sagrada responsabilidad de ser esposas y madres.

Las mormonas conversas, saben y comprenden su valor divino y la importancia de cuidar y velar por el bienestar temporal y espiritual de sus familias. Ellas comprenden el valor que representa para Dios el que puedan formarse familias fuertes y espirituales en la tierra.

Así como en sus familias,  las mujeres son esenciales en la Obra de Salvación delineado por Dios dentro de la Iglesia. Ellas participan de las actividades de la iglesia, en la obra misional, el rescate de los menos activos (hermanos que se han alejado de Dios), el hermanamiento de los nuevos conversos (hermanos recién bautizados), la obra del templo, de historia familiar, la enseñanza del Evangelio, y también ayudan en el cuidado de los necesitados en la Organización de Sociedad de Socorro (organización en la que participa la fuerza femenina de la Iglesia de Jesucristo), donde se presta de diversas maneras servicios al prójimo.

Como discípulas de Jesucristo las mujeres santos de los últimos días, tienen el deber de dar a conocer y defender el legado divino de la mujer, el cual incluye el ser esposa, madre, hija, hermana y amiga.

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Presidencia General de las Mujeres Jovenes

Las mujeres con principios fuertes dentro del Evangelio Restaurado tienen el don y la responsabilidad de criar hijos con valores, principios espirituales y con responsabilidades seculares para su progreso tanto terrenal como espiritual.

A través de los libros sagrados, como la Biblia y el Libro de Mormón, se pueden observar como mujeres destacables tomaron un papel importante en la historia de la humanidad y demostraron ser de integro valor y mucha fe en Dios.

Entre estas mujeres se encuentran a Rut y Ester, en el antiguo testamento. Esta última, demostró que con una integridad absoluta y su fe puesta en Dios logró defender a su pueblo y estuvo dispuesta a morir por ellos.

De la misma manera, en el Libro de Mormón, Saríah que fue obediente a Dios y salio de Jerusalén para proteger, junto a su esposo Lehi, a su familia de una muerte segura. Mientras que en el Nuevo Testamento se observa a una mujer muy especial y quien fuera la madre de Jesús nuestro Salvador: María, quien se mantuvo pura y digna de llevar en su vientre y recibir en sus brazos al hijo de Dios.

En la institución familiar, Dios le ha dado una gran responsabilidad a la mujer, puesto que ellas son quienes fortalecen y cuidan, junto a sus esposos, a los niños que engendran. El Padre Celestial le ha dado el don de traer hijos a esta tierra de enseñarles y fortalecerles, de amarles y cuidarles y guiarle en el sendero que deben seguir y poderles recibir de retorno a Su Santa presencia.

Los hijos que tienen la bendición de nacer en hogares donde las madres son conversas al Evangelio Restaurado y están dedicadas al servicio de Dios y a la protección de la familias reciben un amor incalculable y enseñanzas que les ayudaran en esta vida y el la vida venidera.

El élder Bradley d. Foster, del Quórum de los Setenta, y líder de la Iglesia de Jesucristo, en su discurso “Mamá me lo dijo” expresó: “Mi propia madre era relativamente joven cuando mi padre murió, dejándola sola con cuatro hijos. Sin embargo, ella afrontó su adversidad con fe y valor, prometiéndonos que si permanecíamos en la senda de la verdad, el final sería mejor que el principio”.

Por su parte, el líder de la Iglesia de Jesucristo, el presidente, Gordon B. Hinckley. En su discurso  “Tenemos la responsabilidad de nuestras jóvenes” (discurso en inglés) de la revista “Ensign” indicó que ““La mujer es la creación suprema de Dios. Sólo después de que la tierra había sido formada, después de que el día había sido separado de la noche, después de que las aguas habían sido divididas de la tierra, después de que la vegetación y la vida animal fueron creadas, y después de que el hombre había sido puesto en la tierra, se creó a la mujer; y sólo entonces fue que se pronunció que la obra estaba terminada y que era buena”.

En el mismo discurso, el presidente Hinckley, dijo que“de todas las creaciones del Todopoderoso, no hay nada más hermoso, nada más inspirador que una bella hija de Dios, que vive una vida virtuosa con una comprensión de por qué debe hacerlo, que honra y respeta su cuerpo como algo sagrado y divino, que cultiva su mente y que constantemente ensancha el horizonte de su inteligencia, que nutre su espíritu con la verdad eterna”.

Por eso, cuando de amor se trata, las mujeres que siguen fielmente las enseñanzas de nuestro Salvador Jesucristo son llenas del amor de Dios, ya sean estas, niñas, jóvenes, solteras, casadas, madres, abuelas ya que ellas fortalecen y trasmiten las verdades sagradas a todos los que las rodean con amor y devoción.

Rosselly B. de Mendoza

Miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, donde sirve como secretaria de las Mujeres Jóvenes de Barrio Unión, Estaca Los Sauces, Valencia-Venezuela. Periodista (Comunicador Social, mención Desarrollo Social), egresada de la Universidad Católica Cecilio Acosta en Venezuela.

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One Response to “La última creación de Dios”: Ser mujer Santo de los Últimos Días

  1. Esther dice:

    me encanto, somos criaturas de nuestro padre celestial, muchas mujeres no entendemos cuan importantes somos, yo lo entendi hace poco y me alegro de saberlo.

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