La Organización de Naciones Unidas (ONU), aseguró en una reciente publicación una preocupante realidad que afecta a toda la humanidad y es que “las estructuras familiares han sufrido una profunda transformación: hogares más pequeños, matrimonios y nacimientos más tardíos, aumento del número de divorcios y de familias monoparentales”.
Esta misma publicación de la ONU indica que además de estos males, las familias “se han visto afectadas por la evolución mundial de los flujos migratorios, el envejecimiento de la población, la pandemia de VIH/SIDA y las consecuencias de la globalización. Ante todos estos cambios sociales, algunas familias experimentan dificultades a la hora de cumplir con sus responsabilidades y les cuesta cada vez más ocuparse de los niños y de las personas mayores, así como ayudar a que los niños aprendan el funcionamiento de la vida en sociedad”.
“Enfermedades familiares”
Es evidente que reconociendo la estructura familiar como la base de la sociedad se puede comprender también la preocupación mundial ante las diferentes “enfermedades” que le aquejan, puesto que partiendo de este núcleo se derivan de manera automáticas las restantes problemáticas sociales. La delincuencia, la perdida de valores y un mundo cada vez mas corrompido denotan una preocupante realidad futura.
En este sentido, los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, llamados también como mormones en el mundo, han sido exhortados para reconocer la divinidad de la familia y de la importancia de conservarla protegida y edificada sobre normas morales y valores humanos. Así como para comprender la importancia de preservarse en santidad.
Un solo criterio
En La Iglesia Mormona, o La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como prefieren ser reconocidos ya que es el nombre correcto, se enseña la importancia de fomentar la unidad familiar. Los padres debidamente unificados en sus criterios con respecto a la familia, disciplinan a sus hijos en amor y siguiendo fielmente las enseñanzas del Salvador.
Los hijos, siguiendo el ejemplo amoroso de los padres, siguen los preceptos armónicos de los padres y juntos enfrentan los desafíos que les depara la vida. En un mundo de tentaciones, vicios y distracciones, los mormones proclaman la verdad de Dios, mientras deben ejercer auto corrección y seguir los influjos del Espíritu Santo para acertar en sus decisiones.
Traer hijo de Dios
Los mormones generalmente tienen familias grandes. Reconocen que al traer hijos al mundo se da cumplimiento a los mandamientos divinos y cada uno de estos hijos son hijos e hijas espirituales de Dios. Reconocen la importancia de brindarles seguridad e instrucción. Llevarlos a la presencia del Padre Celestial es la meta y que esa unión fomentada en la tierra se sostenga en la eternidad.
Las verdades eternas indican que la estructura familiar es una organización que fue establecida en los cielos. Hombre y mujer deben ser los que por norma divina deban encabezar esta organización, pues Dios creó al hombre y a la mujer y los bendijo para que se multiplicasen sobre la tierra.
En la publicación: La Familia, Un Proclamación para el Mundo, se destaca que “el matrimonio entre el hombre y la mujer es ordenado por Dios y que la familia es la parte central del plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos”.
Esta es una verdad que nadie puede negar, pero tampoco se puede negar que las calamidades del mundo y las falsas creencias y las tentaciones pueden afectar las familias mormonas; los divorcios y los problemas generales han penetrado a las familias, pero también es realidad que la verdad permanece en pie y aquellos que decidan seguirla recibirán las bendiciones prometidas por Dios.
Juntos a pesar de las pruebas
Los esfuerzos de las parejas de permanecer en unión a pesar de las duras pruebas que les toque experimentar darán paso a una serie de avances espirituales y temporales que no tienen comparación. Ninguna familia en el mundo está librada de estas circunstancias, pero solo las más fuertes se sobrepondrán a ellas y avanzarán con sus hijos en el tiempo y en la eternidad.
Al mismo tiempo que se establecen normas y pautas claras para que la unión familiar se sostenga, las familias deben procurar aferrarse a las enseñanzas de Jesucristo y sus apóstoles, así como la de los profetas modernos quienes bajo el manto y la inspiración divina podrán guiar al pueblo de Dios por senderos seguros.
El amor
El amor debe prevalecer y las buenas palabras sostener a las familias. La justicia y la caridad, el servicio y la buena comunicación, y asumir los desafíos con valor y buena compostura permitirán seguir sin detenerse en el camino de la libertad eterna. La cosecha se hará segura y los frutos serán agradables. Esta vida, este tiempo es el tiempo de probación y las decisiones personales y familiares tendrán un resultado. Es hora de decidir y decidir bien.
Los hijos bien atendidos serán también hijos que atiendan a sus ancianos. Las generaciones de relevo de no deben dejarse esperar. Los problemas de salud pública como las de transmisión sexual no deben ser un problema para quienes reconocen la divina Ley de Castidad, la cual consiste en no tener relaciones sexuales hasta que se esté legítimamente casados. Esposo y esposa deberá luego cumplir con su fidelidad plena por siempre.
Lo más importante
Al tiempo que esto se da en la familia, los padres deben asegurar la seguridad familiar y suplir a los hijos de sus requerimientos necesarios para sostener la vida y bienestar. El profeta Joseph Fielding Smith dijo: La familia es la organización más importante en esta vida o en la eternidad. Nuestro propósito en la vida es crear nuestra propia unidad familiar eterna”.
El padre debe saber y cumplir con su deber, puesto que siendo la cabeza de familia debe procurar satisfacer las necesidades físicas y espirituales a todo su grupo afectivo y filial. El padre de familia debe trabajar y proveer las necesidades de la familia. Junto con su esposa e hijos deben establecer normas para el manejo de los recursos familiares y al tiempo que se enseña a los hijos a ser autosuficientes, enseñándoseles un oficio, mostrándoles la importancia del estudio y del trabajo y asegurarse abastecimiento familiar conocido como almacenamiento.
Juntos padre y madre
En los asuntos espirituales, el padre junto a su esposa debe enseñar a los hijos a seguir las verdades eternas. Promover la oración y tomar una noche de la semana para dedicarla a actividades que permitan aprender, compartir y acercarse mas unos a otros en la familia, esta noche la conocen los mormones como la noche de hogar y por lo general se toma la noche del lunes para efectuarla. Los padres también enseñan a sus hijos a pagar los diezmos del Señor y a ser fieles en la fe.
Jóvenes bendecidos
A los jóvenes mormones se les enseñan principios salvadores y la importancia que debe significar la familia en sus vidas. En La Fortaleza para la Juventud, que es un librillo que sirve de guía a los jóvenes de La Iglesia de Jesucristo, se les indica que “El ser parte de una familia es una gran bendición. Tu familia te puede proporcionar compañía y felicidad, ayudarte a aprender principios correctos en un ambiente de cariño y prepararte para la vida eterna. Las familias fuertes requieren esfuerzo. Tu familia será bendecida a medida que hagas tu parte para fortalecerla. Sé alegre, servicial y considerado o considerada con los miembros de tu familia”.
“Muchos de los problemas que surgen en el hogar ocurren cuando los miembros de la familia hablan y actúan de manera egoísta o descortés. Procura ser pacificador(a) en lugar de fastidiar, pelear o discutir. Demuestra amor por los miembros de tu familia todos los días; comparte tu testimonio con tu familia por medio de palabras y acciones. Tu buen ejemplo puede marcar la diferencia en el fortalecimiento de tu familia”.
La formula para lograr detener o al menos no entrar en las tristes estadísticas que instituciones mundiales como la ONU manifiesta cada año con trágicas tendencias está en obedecer los mandatos divinos y la instrucción de los profetas de Dios. Asegurarse de las familias siempre generará maravillosos resultados y el mundo puede llegar a ser mejor. La familia es lo más importante, padres e hijos juntos avanzan ante un mundo con tristes perspectivas, pero se avanza con pasos firmes y seguros, sin miedo hacia la vida eterna y la presencia del Padre Celestial.
Reinaldo Mendoza
Periodista (Comunicador Social, mención Desarrollo Social), egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta en Venezuela. Magister en Teaching Higher Education, egresado de la Caribbean International University. Miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, donde sirve como Obispo del Barrio Unión, Estaca Los Sauces, Valencia-Venezuela.
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