El mundo entero, incluso sus más grandes críticos y detractores, reconoce la laboriosidad y el deseo de obtener conocimientos para su desarrollo personal y familiar que poseen los mormones. Hoy se pueden observar a los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, o mormones, participando y destacándose en actividades empresariales, educativas, científicas, artísticas, políticas y deportivas (tanto profesionales como amateur), entre otras tantas de la vida cotidiana.
Pero, ¿qué hace que estos hombres y mujeres deseen la excelencia en sus acciones?; ¿Es posible llevar una vida recta mientras se dedica tiempo y esfuerzo a este tipo de actividades de desarrollo personal y familiar?.
Entre las enseñanzas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (también conocida como Iglesia Mormona), se encuentra el alcanzar el máximo potencial en lo pertinente a asuntos espirituales y doctrinales, pero también en lo que respecta a la educación temporal, el trabajo (tanto en la Obra de Salvación), como en aquello que les permita la autosuficiencia y desarrollo temporal.
Los mormones, quienes valoran infinitamente las enseñanzas de la Santa Biblia, reconocen el valor de aquél mandamiento que Dios dio a Adán, el anciano de días y primer padre terrenal, cuando le dijo: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan” (Génesis capítulo 3 versículo 9). de la misma manera, los mormones o santos de los últimos días como prefieren ser llamados, también reconocen lo dicho por Jesús cuando afirmó: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Juan capitulo 5 versículo 17).
Estas enseñanzas se hacen frecuentes en la vida de los santos de los últimos días en su instrucción familiar, en casa, como en la instrucción eclesiástica, donde desde niños se les muestra la esencia de ser auto suficientes y de alcanzar metas tanto en la obra de salvación como en sus asuntos temporales.
Jóvenes son enseñados
Los jóvenes de La Iglesia con edades comprendidas entre los 12 y 18 años integran las fuerzas grupales conocidas como Hombres Jóvenes y Mujeres Jóvenes, que son organizaciones auxiliares separadas y donde reciben instrucción de acuerdo con sus necesidades particulares. Allí los jóvenes mormones también son instruidos en este respecto y para ello cuentan con manuales muy especiales como Mi Deber a Dios (en el caso de los hombres) y Progreso Personal (en las mujeres), así como el librillo Fortaleza para la Juventud que condensa enseñanzas puntuales y practicas para toda la vida de cada uno de ellos y donde se destaca la importancia de la autosuficiencia y el trabajo.
Esta instrucción continúa en todo momento y durante el desarrollo espiritual de los miembros e incluso se insta a los padres a esmerarse en instruir para el futuro a sus hijos y ofreciéndoles las herramientas necesarias para enfrentar los retos por venir.
Asumir sus responsabilidades
H. David Burton, del Obispado Presidente, en su discurso: “La obra santificadora de Bienestar”, publicado en la revista Liahona, de mayo de 2011, indicó que “La autosuficiencia es producto de la vida providente y de ejercitar la autodisciplina económica. Desde el principio, la Iglesia ha enseñado que las familias, hasta donde les sea posible, tienen que asumir la responsabilidad de su propio bienestar temporal”.
Allí mismo, H. David Burton agregó que “A cada generación se le requiere aprender de nuevo los principios básicos de la autosuficiencia: evitar las deudas, implementar los principios de la frugalidad, prepararse para los tiempos de dificultades, escuchar y seguir las palabras de los oráculos vivientes, desarrollar la disciplina para distinguir entre las necesidades y los deseos, y entonces vivir de conformidad con esos principios”.
Por su parte, el elder F. Daavid Stanley exhortó en su discurso El Principio Del Trabajo emitido en la Conferencia General de abril de 1993 a que los “Padres de Sión, enseñen a nuestros jóvenes la importancia del trabajo honrado porque no hay nada que lo substituya. Tengan cuidado de no estar enseñando a sus hijos a “calentar sillas”. De todo lo que cada uno de nosotros desea enseñar a nuestros hijos, recuerden que la base de todo es el trabajo arduo y honrado Jóvenes, aprendan la importancia del trabajo y trabajen”.
El estudio para el futuro
Los profetas modernos también han instado y siguen instando a que todos los mormones dediquen tiempo para el estudio y la formación académica. A los jóvenes se les insta de la misma manera que para el trabajo y la autosuficiencia, a estudiar y a capacitarse para enfrentar los desafíos de tiempos por venir.
En el citado librillo Para la Fortaleza de la Juventud, se destaca que “la educación académica es una parte importante del plan de nuestro Padre Celestial para ayudarte a llegar a ser más como Él. Él desea que eduques tu mente y cultives tus aptitudes y talentos, tu poder para conducirte bien en tus responsabilidades y tu capacidad para apreciar la vida. La educación académica que recibas será valiosa para ti durante la vida mortal y en la vida venidera.
En este mismo orden de ideas el Henry B. Eyring, primer consejero de la Primera Presidencia, en un discurso dado en la Universidad Brigham Young–Idaho, aclaró que la “formación jamás debe cesar. Si acaba en la puerta de la clase el día de graduación, habremos fracasado; y necesitaremos la ayuda de los cielos para saber cual de la multitud de cosas que podríamos estudiar sería más sabio aprender”.
Insisitió Henry B. Eyring que “la verdadera vida para la que nos estamos preparando es la vida eterna. El conocimiento secular tiene para nosotros un significado eterno. Nuestra convicción es que Dios, nuestro Padre Celestial, desea que vivamos la vida que Él vive”.
“Cualquier principio de inteligencia que logremos en esta vida se levantara´ con nosotros en la resurrección; y si en esta vida una persona adquiere más conocimiento e inteligencia que otra, por medio de su diligencia yobediencia, hasta ese grado le llevara´ la ventaja en el mundo venidero” (Doctrinas y Convenios capitulo 130, versículos 18 y 19).
Claramente, los mormones saben que todo principio de sabiduría que se logre alcanzar en este tiempo se levantará con cada persona en la posteridad, en la resurrección. Cada esfuerzo que se haga en este sentido tendrá un provecho espiritual y eterno. Los mormones saben que la gloria de Dios es la inteligencia y cultivar los conocimientos posibles, en su máximo esfuerzo, es parte del Plan de Salvación establecido por Nuestro Padre Celestial en beneficio de todos sus hijos al venir a la tierra.
Escrito por: Reinaldo Mendoza
Miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, donde sirve como Obispo del Barrio Unión, Estaca Los Sauces, Valencia-Venezuela. Periodista (Comunicador Social, mención Desarrollo Social), egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta en Venezuela. Magister en Teaching Higher Education, egresado de la Caribbean International University.
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