Robert D. Hales es miembro del Quórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Pero, ¿sabías que también solía jugar béisbol y volar aviones de combate? En esta biografía de Robert D. Hales lee acerca de sus impresiones del espíritu, su fidelidad en llamamientos de servicio, y las lecciones que ha aprendido durante su vida.
Lecciones e Historias de béisbol
Lecciones en béisbol
Cuando Robert era pequeño, le encantaba jugar béisbol con sus amigos y su hermano mayor en el patio trasero de su casa. El único problema que tenían era que si alguna vez tiraban la pelota en el jardín vecino, la mujer que vivía allí nunca las devolvía y los chicos imaginaban que se las comía.
Un día, cuando Robert tenía diez u once años, bateó un jonrón y lo hizo tan bien que la pelota no sólo entró en el patio vecino, sino que también en el invernadero. Los chicos escucharon la ruptura del vidrio y salieron huyendo a excepción de Robert y su hermano.
El hermano de Robert le dijo: «Tienes dos opciones: puedes salir corriendo, pero cuando llamen por teléfono, papá se preguntará por qué no diste la cara. O puedes ir a ver a la vecina ahora mismo. Tú debes enfrentar esto.» Robert se dio cuenta, que su hermano estaba hablando por experiencia propia.
Robert decidió enfrentar la situación y fue a la casa de la mujer. Allí, vio varias de sus pelotas cuidadosamente alineadas en el alféizar de la ventana. Cuando la mujer abrió la puerta, Robert se disculpó por lo que había pasado y le preguntó si le podía regresar la pelota, algo que ninguno de los otros chicos había hecho antes. La mujer dijo que sí podía, pero sólo si él hiciera algunos quehaceres. Debido a que Robert admitió su error, pudo recuperar todas sus pelotas de béisbol.
El béisbol y el día de reposo
Robert estaba en la escuela secundaria, cuando sus padres hicieron un viaje a Europa. Mientras estaban de viaje, Robert hizo una prueba y logró entrar al equipo de béisbol semi-profesional. Robert firmó un contrato en el que debía jugar dos partidos cada domingo. Ya que estos juegos no interferían con la iglesia, Robert pensó que tenía todo resuelto. vea mas articulos en losmormones.org
Un domingo mientras Robert calentaba, su tío y sus primos pasaron con su auto. Sus primos le habían dicho a su tío que Robert estaba jugando béisbol los domingos, y su tío no les había creído hasta que lo vio por sí mismo.
Poco después, Robert recibió una llamada del presidente de estaca, quien lo invitó a almorzar un domingo y Robert respondió que no podía ir. El presidente lo invitó para el siguiente domingo y cuando Robert aún dijo que no podía ir, él insistió en el próximo domingo. Finalmente, Robert dijo: «Presidente, creo que tenemos que hablar.»
Ellos hablaron, y el presidente le contó sobre la naturaleza sagrada del día de reposo y de los atletas de BYU que se negaron a jugar los domingos. Robert habló con el gerente y propietario del equipo y les explicó el motivo por el cual ya no podía jugar. Ellos fueron muy comprensivos y le permitieron salir de su contrato.
El consejo de un entrenador
Cuando Robert estaba en su primer año en la escuela secundaria, se convirtió en el primer lanzador para su equipo de béisbol. A pesar de que era el primer lanzador las cosas no iban bien con su equipo. Robert hizo que su equipo perdiera tres partidos seguidos con el marcador de 1-0. Un día, cuando Robert vio un titular en el periódico de la escuela, «Mala suerte, Hales pierde nuevamente,» decidió que ya no jugaría más.
Robert llevó su uniforme a su entrenador de béisbol y le dijo que quería dejar el equipo, a lo que el entrenador le dijo:
¿Sabes por qué estás perdiendo? Tu brazo lanzador está cansado al final del partido, porque antes de cada partido, cuando se supone que debes estar calentándolo, tú estás impresionando a todos con las diferentes formas de tirar la pelota. Si haces eso, es como si hubieras jugado el equivalente a dos o tres entradas. Deja de tratar de impresionar a otros y no canses el brazo.
Robert siguió el consejo de su entrenador y ganó el siguiente partido con una blanqueada. Robert dijo:
Por eso uno ama al entrenador que le dice a uno lo que necesita oír. Si escuchas a tu entrenador, puedes evitar repetir tus errores y tener una mejor oportunidad de alcanzar tus metas. El Señor es así también. No me canso de la disciplina del Señor ni de la de sus ungidos.
Robert ha aprendido a seguir los consejos de los demás, incluyendo los del Señor.
Señales de bola rápida
Robert recuerda un gran partido que jugó en la escuela secundaria. Era la segunda parte de la novena entrada con dos outs, las bases llenas, y Robert lanzando a uno de los mejores bateadores de Long Island. El receptor le hacía señas a Robert para que lanzara una bola rápida, pero Robert no creía que tuviera las fuerzas suficientes en el brazo para el final del partido, así que lo ignoró.
Al final, el receptor se frustró tanto que arrojó su guante y gritó: «¡Tira como quieras!» El entrenador se acercó al montículo y le dijo a Robert: «¿Sabías que el chico detrás del plato tiene experiencia? Él es uno de los mejores receptores que hemos tenido… él sabe dónde el lanzador debe estar. Si eres inteligente, le harás caso».
El entrenador comenzó a caminar hacia la banca, y añadió: «Por cierto, yo soy quien le señala para que tú puedas lanzar una bola rápida.» Robert se dio cuenta que había estado poniendo su propia sabiduría por encima de los demás. Lanzó una bola rápida y ganó el juego.
Noviazgo, Matrimonio y Familia
El noviazgo con Mary
Robert asistió a la Universidad de Utah pero durante los veranos, regresaba a su casa en Nueva York. Fue durante uno de esos veranos que conoció a Mary Crandall en el barrio al que asistía, Queens. La familia de Mary acababa de mudarse allí desde California. Después de su primera cita, Robert le dijo a su padre: «Esta es la chica con la que me voy a casar por tiempo y eternidad.» A lo que su padre respondió: «No te lo juegues todo en una sola carta».
Sin embargo, Robert y Mary comenzaron a pasar mucho tiempo juntos. Ella le ayudaba a lavar su auto y él la ayudaba a cuidar a sus hermanos menores. Robert dice: «Después de conocerla, jamás volví a salir con otra chica. Durante los dos primeros meses, siempre estábamos juntos después del trabajo. . . era como si jamás nos fuéramos a separar».
Al terminar el verano, ambos fueron a la universidad en Utah. Robert regresó a la U, y Mary (irónicamente) asistió a la universidad rival, la Universidad Brigham Young. En el verano siguiente se casaron.
Regalos, Finanzas y Amor
Al igual que todos los recién casados, Robert y Mary tenían poco dinero para gastar. Él recuerda que en una ocasión, no pasaron la Navidad juntos porque el estaba en el extranjero. Al regresar a casa, Robert y Mary vieron un hermoso vestido en el escaparate de una tienda, y él le dijo que si le gustaba, se lo compraría.
Ella fue al vestidor y después de unos minutos, la dependienta salió, pasó cerca de donde Robert estaba, y volvió a poner el vestido en el escaparate. Al salir de la tienda, él preguntó: “¿Qué pasó?” y ella contestó: “¡Era un lindo vestido, pero no tenemos dinero para comprarlo!” Robert D. Hales luego dijo: «He aprendido que las dos palabras más amorosas son: ‘Te amo’ y las cinco palabras que representan más cariño por aquellos a quienes amamos son: ‘No tenemos dinero para comprarlo’ «.
Varios años después, cuando estaban económicamente estables, Robert decidió comprarle un abrigo muy elegante a Mary. Cuando le preguntó qué opinaba del abrigo que quería comprarle, ella le preguntó: «¿Y cuándo me lo pondría?»
Después de un momento, ella también dijo: «¿Lo vas a comprar por mí o por ti?» En otras palabras, ella preguntaba si lo estaba comprando para demostrarle su amor, o para demostrarle que era un buen proveedor. Robert se dio cuenta de que era más por lo segundo. Luego hablaron de mejores formas de utilizar su dinero.
Ocultando platos en el horno
Cuando Mary era presidenta de la Sociedad de Socorro, a menudo dejaba a los niños con Robert para que pudiera asistir a las reuniones. A veces, Robert y los niños eran muy productivos y limpiaban la casa para sorprenderla. Sin embargo, otras veces, se divertían tanto jugando que se olvidaban.
Una vez, Robert escuchó Mary estacionarse en la entrada y la casa era un desastre. Rápidamente trató de ocultarlo. Escondió los platos sucios en el horno, arrastró la aspiradora desenchufada sobre la alfombra, y le dijo a los niños que fueran a sus camas a pesar de que todavía estaban vestidos y fingieran que estaban durmiendo.
Este truco sólo funcionó una vez ya que la segunda vez Mary dijo: «Muy bien niños se acabó la fiesta». Entonces, todos ayudaron a limpiar la casa.
Escuchando los susurros del Espíritu
Inspiraciones como maestro orientador
Robert se había convertido en nuevo ejecutivo en una compañía de Inglaterra y había organizado una fiesta donde conocería a sus colegas. Sin embargo, cuando salía de su trabajo ese día, él sintió que debía ir a ver a una hermana de quien había sido maestro orientador. Robert no quería llegar tarde y dudaba en seguir el impulso, pero hizo lo que Espíritu le pidió.
La hermana no contestó a la puerta y él sabía que ella estaba normalmente en casa a esa hora del día, así que fue a la parte trasera y vio una puerta abierta. Allí, descubrió a la hermana inconsciente en el suelo, había sufrido un ataque al corazón. Robert pudo conseguir ayuda médica que le salvó la vida.
Tiempo después, Robert estaba a punto de salir del trabajo e ir a casa a otra fiesta, cuando recibió otro impulso del espíritu. Él sintió que debía ir a ver a otra hermana de quien también había sido maestro orientador y quien estaba muy anciana. Él llamó a su casa para decirle a Mary lo que iba a hacer pero ella le recordó lo de la fiesta, y él prometió que iba a volver a casa tan pronto como sea posible.
Al llegar a la casa de la hermana, no sabía que ella había sido diagnosticada con cáncer ese mismo día y tenía que elegir si seguía el tratamiento o no. La hermana oró y decidió que quería la guía de sus maestros para que la ayudasen a tomar la decisión pero ella no tenía teléfono para contactarlos así que oró para que ellos viniesen.
Debido a que Robert siguió el impulso, él fue a la casa de la hermana. Oró con ella y decidieron que no seguiría con el tratamiento. Unas semanas después, ella falleció. Los médicos dijeron que ningún tratamiento la habría beneficiado.
El Espíritu y Nuevos Presidentes de Estaca
Cuando Robert sirvió como Autoridad General, recibió la asignación de ayudar a reorganizar las presidencias de estaca. Junto a Ezra Taft Benson entrevistaron a los candidatos, oraron y entrevistaron a algunos más. Después de esto, Benson le preguntó si ya sabía quién iba a ser el nuevo presidente de estaca. Robert le dijo que aún no había recibido la inspiración, después de una larga pausa, Benson dijo que él tampoco la había recibido.
Sin embargo, ambos recibieron la inspiración de pedirle a tres hombres que hablaran durante la sesión del sábado por la tarde de la conferencia de estaca. Cuando el tercer orador comenzó hablar, Robert recibió la inspiración de que este hombre debía ser el nuevo presidente de estaca. Él miró a Benson y vio lágrimas en sus ojos y se dio cuenta que había recibido la misma inspiración.
En otra ocasión, Robert tuvo que buscar un nuevo presidente de estaca con Marvin J. Ashton. Ellos decidieron realizar las entrevistas, orar, y luego escribir el nombre de la persona que debería ser el nuevo presidente en un pedazo de papel. Robert no había recibido una respuesta a sus oraciones, y dejó el papel en blanco, lo dobló, y lo puso sobre la mesa.
Ashton preguntó si Robert quería orar de nuevo. Oraron otra vez pero Robert todavía no habían recibido una respuesta. Sintió la presión de escribir un nombre, pero aún así dejó su papel en blanco. Ashton le preguntó si quería mirar los papeles en ese momento y cuando abrieron los papeles Robert se dio cuenta que el papel de Ashton también estaba en blanco.
Luego, el presidente de estaca actual llamó a la puerta y dijo que un hombre que acababa de mudarse a la estaca había ido a verlo. El presidente había sentido la impresión de que Ashton y Robert deberían entrevistarlo. Cuando lo entrevistaron recibieron la inspiración de que este hombre debía de ser el nuevo presidente de estaca.
Lecciones en Llamamientos
Ser un ejemplo para el Quórum de Diáconos
Cuando Robert era el presidente del quórum de los diáconos, su barrio de Queens realizaba sus reuniones en la sala de la Liga Ciudadana. Ellos ponían la mesa sacramental delante de un escenario en la planta principal y después de cada reunión los diáconos subían al escenario, guardaban las bandejas, y luego saltaban del escenario.
Una vez, Robert estaba saltando del escenario y su obispo estaba justo en frente de él. El obispo vio a Robert justo cuando estaba en el aire. Robert se defendió rápidamente diciendo: «bueno, todo el mundo lo está haciendo» a lo que el obispo respondió: «Sí, pero tú eres el presidente del quórum de diáconos.» Luego procedió a enseñarle a Robert sobre la naturaleza sagrada de la Santa Cena.
«Haremos ambas cosas»
Robert se encontraba muy ocupado cuando hacía su maestría en administración de empresas en Harvard. Así que cuando su obispo lo llamó para ser el Presidente del Quórum de los Élderes, estaba un poco inseguro de aceptar el llamamiento. Él y Mary oraron para tomar una decisión. Después que oraron, Mary dijo: «Prefiero un poseedor del sacerdocio activo, a tener un hombre que posee una maestría de Harvard. Haremos ambas cosas».
Al día siguiente cuando regresó a casa de la universidad, encontró que Mary había arreglado una sección del sótano de su departamento que estaba sin terminar. Robert lo utilizó como una oficina para su trabajo de la escuela y de la iglesia y así pudo cumplir con su llamamiento y completar sus estudios. Robert dijo más adelante: “me puse en las manos del Señor cuando tomé esa decisión». También dijo:
Esa decisión fue más difícil de tomar a comparación de la que tomé años más tarde, cuando acepté el llamamiento de servir como Asistente de los Doce y dejé mi carrera de negocios. Para algunas personas es difícil entender eso, pero creo que realmente muestras al Señor quién eres y en lo que estás dispuesto a convertirte cuando tomas esas decisiones difíciles siendo una persona joven.
Debido a la decisión que tomó cuando era joven, Robert D. Hales ha aprendido a servir al Señor, no importa cuáles sean las circunstancias.
Misión para toda la vida
Robert estaba en una reunión de ejecutivos, cuando su secretaria se acercó y le dijo que un tal Marion T. Romney lo llamaba por teléfono. Robert la corrigió, diciéndole que era Marion G. Romney. Cuando ella le dijo: «él dijo que se iría de esta reunión si le dijera que él estaba llamando,» Robert le respondió que era cierto.
Romney extendió el llamamiento de presidente de la Misión Londres Inglaterra, y él aceptó. No mucho después de eso, Robert recibió otra llamada, pero esta vez desde el mismo profeta, el presidente Spencer W. Kimball, quien dijo: «hermano Hales, ¿le importaría si cambiamos su misión?»
«No presidente, está bien», dijo Robert.
«¿Le importaría si es un poco más de tres años?»
«Cuanto sea necesario Presidente».
«Nos gustaría una vida de servicio.»
Y así es como Robert se convirtió en una Autoridad General. Se desempeñó primero como asistente del Quórum de los Doce, y más tarde como Setenta.
Otra Anécdota
Recuperarse de experiencias fallidas
Robert se unió como reserva a las Fuerzas Armadas mientras asistía a la Universidad de Utah y decidió tomar algunas lecciones de vuelo. En la primera lección, el instructor esperaba impacientemente a que el personal de tierra llegara, pero finalmente, decidió salir y prender por si mismo el propulsor. Le mostró a Robert el encendido y el acelerador para que pudiera comenzar el avión, pero no le mostró donde estaban los frenos.
Prendieron el avión pero como Robert no sabía dónde estaban los frenos, no pudo frenar y dejó al instructor afuera del avión. El avión avanzó por la pista de rodaje y Robert giraba el timón para no estrellarse con otros aviones.
El avión comenzó a ir cada vez más rápido y Robert se dio cuenta de que podía despegar en cualquier momento, así que se dirigió al hangar y se estrelló contra otro avión. Ese fue el final de sus lecciones de vuelo por un tiempo. Sin embargo, Robert quería ser piloto de combate. Así que en Florida, superó sus miedos y aprendió a volar un avión.
Después de que fuese llamado como Apóstol
Robert D. Hales ha tenido muchos llamamientos en su vida, tales como presidente de rama, obispo, miembro del sumo consejo, representante regional, presidente de la Misión Inglaterra Londres, supervisor de área en Europa, presidente del Área Norteamérica Sudoeste, obispo presidente, etc. También ha vivido en lugares como Georgia, España, Massachusetts, Illinois, Alemania, Londres, etc.
Durante sus viajes, él y Mary tuvieron dos hijos. El 2 de abril de 1994, fue sostenido como miembro del Quórum de los Doce Apóstoles.
Cuando Robert estaba sirviendo en la fuerza aérea, una de las mayores lecciones que aprendió ahí fue a través del lema de su unidad, «Regresa con Honor». En el artículo, «Robert D. Hales,» él dice que el lema:
Era para nosotros, un constante recordatorio de nuestra determinación de regresar a nuestra base de operaciones con honor después de haber hecho todo lo posible por completar con éxito todos los aspectos de nuestra misión.
Robert D. Hales ha tratado de imitar este ejemplo en su vida sirviendo fielmente al Señor.
Para saber más sobre Robert D. Hales, visita su Pagina de Facebook o los enlaces a continuación:
- LDS.org “Robert D. Hales”
- LDS.org “Elder Robert D. Hales”
- Liahona “Robert D. Hales: Return with Honor”
- Church News “New apostles aware of heightened role”
- Ensign “Elder Robert Dean Hales Assistant to the Council of the Twelve”
Por Abby Thorne, para LDS.net
Traducción por Mariela Viernes
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Es un ejemplo : A seguir gracias
Es muy bonito recomfortable saber de los demás y estas experiencias no ayudan para superar las nuestras y principalmente con nuestro padre celestial