El mejor equipo

julio 9, 2014 • Acerca de los mormones, Los Mormones, Mormones en las noticias, mormonismo • Views: 5885

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Jugadores brasileros besan la copa del mundo.

El término “mejor” es una palabra definida en el diccionario como: “Comparativo de bueno, superior a algo en calidad o virtud. Y el término “equipo” es una palabra definida como: “Un grupo de personas que lleva a cabo un trabajo. Sin lugar a dudas estos 2 términos o palabras, hablando de futbol, podrían definir al  FC Barcelona Español, que en el año 2009 fue ganador del sexteto, que significa: Ganar los seis títulos oficiales disputados en un mismo año.

Para el FC Barcelona dirigido por Josep Guardiola y comandados por jugadores como Carles Puyol, Leonel Messi, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Samuel Eto’o, Tierry Henry,  entre otros, ser ganadores de la Copa del rey, el campeonato de la primera división de España, la liga de campeones de la UEFA, la súper copa de España, la súper copa de Europa, y la copa mundial de clubes en 2009, los pone como uno de los mejores equipos de la historia del futbol, debido a que nunca antes ningún equipo en la historia había podido lograr tal hazaña.

El hecho de lograrlo ha marcado la vida y carrera de cada uno de estos futbolistas y técnicos, y ha llevado al FC Barcelona a ser uno de los equipos con mayor prestigio en todo el mundo…

Cuando en la Biblia el libro de Génesis describe la creación de los cielos y la tierra, creo que fue el comienzo de lo que sería la descripción del mejor “técnico” que llevaría a cabo la formación  y creación de uno de “los mejores equipos de la historia”… En él se describe que después de haber creado los cielos y la tierra Dios dio nombre a cada una de Sus creaciones y  comenzó con  lo que sería una de las mejores, la del hombre:

“Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves de los cielos, y sobre las bestias, y sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra” (Génesis 1:26).

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Cuando el Señor se dio cuenta que una de las creaciones más extraordinarias realizadas por Él no tendría la ayuda y fortaleza necesaria como para salir adelante solo, dijo:

“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”. (Génesis 2:18)

Entonces desde una de sus costillas, proveyó de lo que seria es ese momento, y en un futuro para infinidad de personas, la ayuda más idónea para cada hombre en la tierra:

“Y Jehová Dios hizo caer un sueño profundo sobre Adán, y éste se quedó dormido. Entonces tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar; y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer y la trajo al hombre. Y dijo Adán: Ésta es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se allegará a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:21-24).

 

Ese fue el comienzo de lo que sería  uno de los mandatos de Dios… El matrimonio, de lo que sería hoy en día considerado para Dios y para nosotros los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, como “el volverse una sola carne”, sí, el matrimonio ordenado por Dios, que puede llegar a considerarse como “el mejor equipo de la historia”.

Desde el momento en que nuestro Salvador Jesucristo se dirigió a Simón Pedro en el Nuevo testamento confirmó más nuestra creencia en que todas las cosas y específicamente un matrimonio puede ser atado y validado en los cielos:

“Más yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.

Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que ates en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos” (Mateo 16:18-19).

Es por eso que como miembros de la Iglesia de Jesucristo  creemos que la única manera de llegar a aquel lugar más alto, en la presencia de Dios, es por medio del matrimonio:

“…para alcanzar el más alto, el hombre tiene que entrar en este orden… es decir, el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio; y si no lo hace, no puede alcanzarlo” (DYC 131:2-3).

Sabemos que  aquella ocasión en 1995 el presidente Gordon B. Hinckley  tenía toda la razón cuando declaro:

“NOSOTROS, LA PRIMERA PRESIDENCIA y el Consejo de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, solemnemente proclamamos que el matrimonio entre el hombre y la mujer es ordenado por Dios y que la familia es fundamental en el plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos.… El matrimonio entre el hombre y la mujer es esencial para Su plan eterno…”  (La familia: Una proclamación para el mundo).

Y aunque ante el mundo de hoy el matrimonio y las relaciones familiares han llegado a ser algo del pasado, no lo es así para Dios, ante lo cual el  presidente Thomas S. Monson  en abril del 2011 expresó su preocupación  cuando hablo acerca de la importancia del matrimonio, expresando su preocupación ante todos aquellos que han tenido el deseo de casarse y no lo han hecho, advirtió que en el mundo de hoy hay tantas jóvenes bellas y encantadoras con el deseo de casarse  y tener una familia, que ven postergados sus deseos por el hecho de que hay muchos varones postergando el matrimonio, y aunque no es una situación nueva, el temor muchas veces proviene de no poder proveer económicamente, explicando que no tendría nada vergonzoso tener que economizar ya que serán esas épocas desafiantes las que unirán más a la pareja, también a veces el temor proviene de tomar la decisión equivocada, pero primero se aconseja buscar alguien con quien seamos compartibles, y después de eso formar un hogar, nos prometió que si somos ingeniosos y dedicados haremos que nuestro matrimonio salga adelante, y terminó diciendo:

“Hermanos, llega el momento en que hay que pensar seriamente en casarse y buscar una compañera con la que quieran pasar la eternidad. Si escogen con prudencia, y si están dedicados al éxito del matrimonio, no hay nada en la vida que les traerá más felicidad” (“El poder del sacerdocio”, Thomas S. Monson abril del 2011).

Es por eso que para Dios y para nosotros los términos, “mejor” y  “equipo”, podrían ser la definición exacta de un hombre y una mujer unidos en matrimonio, es por eso que cuando aquel “técnico” en un principio nos dirigió, sabía que no era bueno que el hombre estuviera solo, que se necesitaba una ayuda idónea para él y es por eso que sabemos que el matrimonio ordenado por dios, podrá dar comienzo a una de las mejores instituciones, que aunque no traerá  títulos a las vitrinas, ni reconocimiento mundial, no habrá nada en la vida que nos traerá mayor felicidad…

 

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