Para los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, identificados por algunos como los mormones, el primer Artículo de Fe, que es un enumerado de sus creencias básicas, da a conocer al mundo la importancia que tiene, para todos ellos, los tres personajes que representan a la Trinidad.
Los mormones testifican: “Nosotros creemos en Dios el Eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo” (Artículo de Fe número 1). Estos personajes representan una perfecta unidad con un propósito establecido desde el principio de los tiempos.
Dios el Padre
Los santos de los últimos días reconocen a Dios el Padre como un ser Supremo y gobernante del universo. Él es Todopoderoso, tiene todo poder y conocimiento. Es el Padre de nuestros espíritus y es quien vela por toda la humanidad. El Padre Celestial es un ser glorificado con una perfección infinita que no admite descripción.
Dios el Padre es un Ser Supremo con atributos muy especiales, como el amor, la rectitud, la caridad, el conocimiento, el poder, la fe, la verdad, el justo juicio, entre otros.
Él posee toda la bondad de un Padre verdaderamente amoroso y que desea que como hijos, puedan desarrollar todas sus potencialidades divinas.
Los mormones, saben que el Padre Celestial desea que Sus hijos puedan vivir eternamente en Su presencia y por eso el ha dicho, en las escrituras, en La Perla de Gran Precio (libro canónico aceptado como escritura por La Iglesia de Jesucristo): “Porque, he aquí, ésta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39).
Dios preparó el Plan de Salvación y envió a Su Hijo amado Jesucristo para romper las ligaduras de la muerte y expiar los pecados del mundo y darle la posibilidad al hombre de ser salvo y poder llegar a Su presencia: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16), evidenciando así una de las mayores pruebas de amor de Dios hacia el hombre.
Dios el Hijo
En el artículo de fe número uno, también habla de que los Santos de los Últimos Días creen en Jesucristo, el hijo Unigénito del Padre Celestial, el Salvador y Redentor de la humanidad. Jesucristo es el único camino por el que se puede volver a vivir con el Padre Celestial.
Jesucristo es quien lleva, bajo la orientación de Dios el Padre, todas las enseñanzas que como hijos de Dios debemos aceptar y seguir para buscar la perfección, haciendo verdaderos cambios de pensamiento y acción en este tiempo en la tierra.
Él, Jesucristo, es creador de todo lo que hay en el cielo y la tierra y todo esto lo ha hecho bajo la dirección y de acuerdo a la voluntad del Padre Celestial.
A través de Sus enseñanzas, Jesucristo ha dado la posibilidad a Sus hermanos, todos los habitantes de la tierra tanto hombres como mujeres, de que puedan regresar al Padre y enseñó que Él y el Padre son uno mismo y que nadie podrá regresar a la presencia del Padre sino creen en Él que es Su Hijo: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6).
Nadie podrá llegar al Padre sin reconocer la existencia del Salvador del mundo, Jesucristo, Él es el que desde un principio ha dado los medios junto con el Padre Celestial, para que los hijos de Dios Padre puedan llegar a su presencia y morar con Él por la eternidad.
Cuando Jesucristo declara: “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30), dice que Él junto al Padre Celestial trabajan con un mismo propósito para alcanzar un fin y no es otro que el de la salvación y exaltación del hombre.
El Espíritu Santo
Para los mormones, el Espíritu Santo es un integrante especial de la Trinidad. Es un personaje de espíritu, sin un cuerpo tangible y Su influencia alcanza a todos los hijos de Dios.
Con el Santo Espíritu como ayuda, el hombre puede conocer y ser consciente de lo que Dios el Padre espera de cada uno. El Espíritu Dios da la confirmación de qué cosas son verdaderas y se puede saber por medio de Él que Jesucristo es el Salvador, que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es el Reino de Dios Sobre la tierra y que El Libro de Mormón es otro testamento de Jesucristo.
El Espíritu Santo, es el Consolador que después de la partida de Jesucristo, Dios el Padre envió para que tanto hombres como mujeres tuvieran como guía y que por Su poder pudieran tener siempre presente lo que el Salvador había enseñando: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho” (Juan 14:26).
Los miembros de la Iglesia de Jesucristo tienen la firme convicción de que el artículo de fe número 1, es inspirado por Dios y que lo que allí dice es palabra sagrada.
Creen firmemente en que Dios el Padre, que Jesucristo el Hijo, y el Espíritu Santo son seres extraordinarios que trabajan en unión para ayudar a cada uno de los hombres que viven en la tierra y que estos artículos fueron dados para la comprensión de las personas que no conocen de la Iglesia, pero sirven también para el fortalecimiento de sus miembros y para aumentar sus testimonios de que son hijos de Dios.
En referencia al primer Artículo de Fe, El élder Dallin H. Oaks, miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “Junto con las demás denominaciones cristianas, creemos en una Trinidad compuesta del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; sin embargo, testificamos que estos tres miembros de la Trinidad son tres seres distintos y separados. También testificamos que Dios el Padre no es sólo un espíritu sino una persona glorificada, con un cuerpo tangible, como lo es Su Hijo resucitado, Jesucristo” (“La Apostasía y la Restauración”, Liahona, julio de 1995, pág. 95; véase también D. y C. 130:22).
Rosselly Briceño de Mendoza
Miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, donde sirve como secretaria de las Mujeres Jóvenes de Barrio Unión, Estaca Los Sauces, Valencia-Venezuela. Periodista (Comunicador Social, mención Desarrollo Social), egresada de la Universidad Católica Cecilio Acosta en Venezuela.
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