La prueba de la vida

julio 8, 2014 • Creencias básicas mormonas, Jóvenes mormones, Mormones en las noticias • Views: 4849

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Desde que el 30 de noviembre de 1872, hace 141 años en Patricks Escocia, se disputó el primer partido oficial de fútbol entre selecciones nacionales, siendo Escocia e Inglaterra aquellos dos primeros participantes, se dio comienzo a lo que sería en un futuro un deporte lleno de deseos y entusiasmo, uno de los deportes más famosos del mundo…

Hoy en día 141 años después, ser un jugador de balompié o más conocido como fútbol o soccer,  ser un futbolista es el deseo de millones de personas, ya sea chicos y grandes, es uno de los sueños más anhelado, ya que por medio de ellos se recibe popularidad, grandes salarios, contratos para diferentes empresas y comerciales de televisión, viajes a diferentes lugares del mundo, y la oportunidad de conocer a muchas personas.

Creo que el mayor privilegio que podría tener un futbolista, es ser considerado entre uno de los 23 futbolistas que lleva cada nación a un mundial cada 4 años. Y aunque no muchos tienen ese privilegio, aquellos que lo tienen, pueden estar considerados entre los mejores jugadores del mundo. Sin embargo, aunque se podría pensar que al ser un futbolista solo se goza de privilegios, la misma cita mundialista nos podría enseñar el mayor dolor que puede experimentar un futbolista.

Buscar la verdad

Cuando se aproxima la fecha esperada es de conocerse que todos desean dar y mostrar su mejor nivel, eso es causa constante de lesiones que han dejado a varias figuras lejos de lograr el sueño de jugar otro mundial, o muchos de ellos se quedan con el deseo de jugar su primer mundial y experimentan la prueba de su vida.

Estrellas como el colombiano Radamel Falcao se rompió los ligamentos en la rodilla; los españoles Thiago Alcantara y Victor Valdés, la rodilla derecha y los ligamentos cruzados respectivamente; el holandes Rafael Van Der Vaart, una lesión del gemelo de la pierna derecha; el inglés Theo Walcott, los ligamentos cruzados;  el italiano Ricardo Montolivo, rotura de tibia y peroné, los chilenos Humberto Suazo operado del hombro y Matías Fernandez tuvo una rotura de ligamento interior del tobillo, el costarricense Álvaro Saborío, quinto metatarso en su pie derecho; y el mexicano Luis Montes, una fractura, todos y cada uno de ellos a causa de sus lesiones se pierden la justa mundialista.

Y aunque su circunstancia, nacionalidad y lesión es diferente, el momento por el que pasan es similar a la pérdida de un mundial uno de los grandes escenarios para mostrarse como futbolistas, que es una de las pruebas más grandes por la que puede pasar un futbolista.

Cuando en la vida pre terrenal, que es conocida para nosotros los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, como la vida que tuvimos antes de venir a esta tierra y obtener un cuerpo de carne y hueso (Efesios 1:3-4) se nos informó que nuestro transcurso por la vida no sería fácil ya que experimentaríamos tanto como grandes gozos y felicidad también experimentaríamos dolores y pena y que sería “…esta vida es cuando el hombre debe prepararse para comparecer ante Dios; sí, el día de esta vida es el día en que el hombre debe ejecutar su obra” (Alma 34:32), que sería esos dolores o penas los que nos harían ser más fuertes y prepararnos para un futuro grande y esperado.

Las escrituras nos prueban y describen la historia de grandes hombres que sufrieron tanto gozos como pruebas que los prepararon y llevaron a la grandeza que Dios les tenía preparada después de pasar por la  prueba de su vida…

Job el profeta del antiguo testamento se preguntó:

¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma…? (Job 19:2)

Daniel aquel profeta que interpreto el sueño de rey Nabucodonosor también experimentó una grande prueba cuando:

“…el  rey mandó, y trajeron a Daniel y le echaron en el foso de los leones… (Daniel 6:16).

Jesucristo experimentó uno de los dolores más conocidos por el mundo:

“y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata; y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, se burlaban de él, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!” (Mateo 27:28-29).

Nefi a causa de la dureza de sus hermanos:

“…se enojaron conmigo, y quisieron arrojarme al fondo del mar… (1 Nefi 17:48) me tomaron y me ataron con unas cuerdas, y me maltrataron mucho… (1 Nefi 18:11)

Abinadí tuvo que padecer la muerte:

“Y ahora bien, cuando Abinadí hubo dicho estas palabras, cayó, habiendo padecido la muerte por fuego; sí, habiéndosele ejecutado porque no quiso negar los mandamientos de Dios…” (Mosíah 17:20).

Alma mandado a predicar también experimento dolor:

“Ahora bien, cuando el pueblo hubo dicho esto y resistido todas sus palabras, y lo hubo ultrajado, y escupido sobre él, y hecho que fuese echado de su ciudad, él partió de allí…agobiado por la aflicción, pasando por mucha tribulación y angustia en el alma por causa de la iniquidad de la gente que se hallaba en la ciudad de Ammoníah…” (Alma 8:13-14).

Aunque el tiempo, lugar y circunstancias de cada uno de ellos era diferente, el Señor los bendijo, los guio y los hizo grandes, ante ellos y ante cada uno de nosotros resonaran aquellas palabras del rey benjamín en el Libro de Mormón cuando dijo:

“…porque no se exige que un hombre corra más aprisa de lo que sus fuerzas le permiten. Y además, conviene que sea diligente, para que así gane el galardón…” (Mosíah 4:27).

Resonaran las palabras de aquel himno:

Ha llamado a la carga y no retrocederá.

A los hombres que lo siguen Jesucristo probará.

¡Oh, sé presta, pues, mi alma a seguirle donde va!

Pues Dios avanza ya. (“Himno de la batalla de la república”, Nro. 28)

El Elder Neil  L. Andersen enseñó que los fuegos de la prueba tienen la finalidad de fortalecernos, pero que también tienen el poder para destruir nuestra fe y confianza en Dios y pueden debilitarnos en nuestra determinación de guardar cada una de las promesas que hemos hecho, que al igual que el fuego intenso que transforma el metal en acero, el permanecer fieles durante los fuegos de prueba de nuestra fe, seremos fortalecidos y refinados espiritualmente (“La prueba de vuestra fe”, Octubre del 2012).

El momento de nuestro nacimiento dio comienzo a una de las carreras más entusiastas e importantes… La carrera de la vida.

Es el deseo de infinidad de personas recibir la oportunidad de obtener un cuerpo y ser probados, de experimentar este tiempo que nos traerá tanto como grandes satisfacciones, también dolores y pruebas de vida, no importando nuestra nacionalidad o circunstancia, por naturaleza seremos participes de las pruebas que la vida nos enseñará, los dolores que podremos experimentar  y que al “permanecer fieles seremos fortalecidos y refinados espiritualmente”.

Lehi Vega

 

 

 

 

Lehi Vega

Soy Lehi Vega, tengo 24 años y vivo en México. Soy miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días desde mi infancia y serví una misión en Perú. Soy segundo consejero de la organización de Hombres Jóvenes del Barrio Tecnológico, de la Estaca Celaya. Me encanta la música y cantar, así como correr y el fútbol.

 

 

One Response to La prueba de la vida

  1. memo dice:

    Lehi Vega.Cristo ya pago por tus pecados en la cruz del Calvario,solo rinde tu vida a El y Dios transformara por medio del Espiritu Santo tu yo interior y te hara nueva criatura Galatas ;8,9

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