septiembre 14, 2014 • Los Mormones • Views: 18184

Las Escrituras nos dicen en Moisés 3: 4-5 que Dios creó a los espíritus de todos los seres vivos antes de que fueran creados en la tierra:

«Y ahora bien, he aquí, te digo que éstos son los orígenes del cielo y de la tierra, cuando fueron creados, el día en que yo, Dios el Señor, hice el cielo y la tierra; y toda planta del campo antes que existiese en la tierra, y toda hierba del campo antes que creciese. Porque yo, Dios el Señor, creé espiritualmente todas las cosas de que he hablado, antes que existiesen físicamente sobre la faz de la tierra…» (Moisés 3:4-5)

Cualquier cosa que tenga un espíritu y un cuerpo físico eventualmente morirá, lo que provoca la separación de lo físico de lo espiritual. Esto incluye a todos los seres vivos.

También dicen las escrituras:

«Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, así  también en Cristo todos serán vivificados.” (1 Cor. 15:21-22)

Todo lo que muere que implican separación de cuerpo y espíritu volverá a estar vivo o será resucitado, incluyendo todos los animales.

«Porque todas las cosas viejas pasarán, y todo será hecho nuevo, el cielo y la tierra, y toda la plenitud de ellos, tanto hombres como bestias, las aves del aire, y los peces del mar; y ni un cabello ni una mota se perderán, porque es la obra de mis manos.»  (Vea DyC 29:23-25)

El profeta José Smith hizo esta pregunta: «¿Qué hemos de entender por los cuatro seres vivientes, que se habla en el mismo versículo?» (Es decir, Apocalipsis 4: 6). Su respuesta es la siguiente:

«Son expresiones metafóricas que usa Juan el Revelador para describir los cielos, el paraíso de Dios, la felicidad del hombre, y la de los animales, y de lo que se arrastra y de las aves del cielo; siendo lo espiritual a semejanza de lo temporal, y lo temporal a semejanza de lo espiritual; el espíritu del hombre a semejanza de su persona, como también el espíritu de los animales y toda otra criatura que Dios ha creado.»  (DyC  77: 2-3)

Al comentar sobre el Apocalipsis de Juan, el Profeta dijo:

«Juan vio curiosas bestias en el cielo, vio a cada criatura que estaba en el cielo… realmente allí, dando gloria a Dios. ¿Cómo lo pruebas? (Ver Apocalipsis 5:13). «Y a todo ser viviente que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra y tal como es en el mar, y a todas las cosas que hay en ella, oí decir, alabanzas, y la honra, y la gloria y el poder sea al que está sentado en el Trono, y al Cordero para siempre jamás.»

José Smith también dijo:

«Supongo que Juan vio que habían seres de mil formas, que habían sido salvados diez mil veces diez de mil tierras como ésta, -extrañas bestias de las que no se tienen ni idea: todo podrá ser visto en el cielo. El gran secreto fue mostrarle a Juan lo que había en el cielo. Juan se enteró de que Dios se glorificó salvando todo lo que Sus manos habían hecho, si las bestias, aves, peces u hombres; y Él se glorificará asimismo con ellos.

Alguien dirá, «No puedo creer en la salvación de las bestias». Cualquier hombre que diga que esto no podía ser, diría que las revelaciones no son verdaderas. Juan oyó las palabras de las bestias dando gloria a Dios y las entendió. Dios hizo que las bestias pudieran entender todos los idiomas hablados por ellos.

Los cuatro bestias fueron cuatro de los animales más nobles que habían llenado la medida de su creación y habían sido salvados de otros mundos, porque eran perfectos: eran como los Ángeles en su esfera. No se nos dijo de dónde vinieron, y no lo sé; Pero fueron vistos y escuchados por Juan alabando y glorificando a Dios». (Enseñanzas del Profeta José Smith, págs. 291-292).

 «El Señor ha dicho que no sólo el hombre tiene un espíritu, y es por lo tanto un alma viviente, pero asimismo las bestias del campo, las aves del aire, y los peces del mar tienen espíritus, y por lo tanto son almas vivientes. Pero esto no los hace parientes a los hijos e hijas de Dios. Son creaciones de nuestro Padre, no sus descendientes, y esa es la gran diferencia entre el hombre y las bestias.» (Doctrina de Salvación, vol. 1, Bruce R. McConkie, Joseph Fielding Smith).

El Presidente Joseph Fielding Smith dijo:

«Los animales tienen espíritus y a través de la redención realizada por nuestro Salvador saldrán en la resurrección para disfrutar de la bendición de la vida inmortal» (Respuestas a  preguntas del Evangelio, vol. 2).

Según todos estos comentarios y escrituras sabemos que los animales tienen alma y serán resucitados y aparecerán en el cielo, pero no sabemos en qué grado de gloria estarán después de la resurrección. Uno podría pensar puesto que los animales principalmente viven por instinto y no pueden cometer pecado concienzudamente; por lo tanto cumplen la medida de su creación, como la tierra lo hace (D & C 88:25) y deben heredar el Reino Celestial. O quizás podemos verlos representados en todos los reinos.

El Presidente Joseph Fielding Smith hizo un comentario bastante especulativo sobre esto:

«En cuanto a donde irán las bestias, aves y peces, y todas las demás criaturas después de la resurrección sólo podemos expresar una opinión. Juan vio a muchos de ellos en el cielo en presencia de Dios. Es muy probable que, al igual que la humanidad, serán distribuidos en los diversos reinos, celestial, terrestre y telestial. Bien podemos creer que en cada uno de estos reinos se asignarán a tales criaturas» (Respuestas a preguntas del Evangelio, vol. 2).

Escrito por Cody L. Anderson

Fuente: LDS.net