¿Te han tocado la puerta los misioneros mormones alguna vez? La próxima vez respóndeles así…

julio 18, 2014 • Jóvenes mormones, Los Mormones, mormonismo • Views: 6569

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Cumpliendo con el mandato Divino de ir llevar el Evangelio a todo pueblo sobre la tierra, en la actualidad se encuentran en el campo misional más de 85 mil, jóvenes miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, quienes con amor y alegría ofrecen un mensaje de esperanza, salvaron y exaltación a todos los hijos de Dios, estén donde estén.

Misioneros Mormones

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Estos jóvenes de entre 18 y 25 años, salen de sus vidas diarias, abandonado sus estudios, amigos y familiares, con el firme fin de llevar las verdades eternas que ofrece Nuestro Padre Celestial para que por medio del sacrificio expiatorio del Salvador Jesucristo se puedan alcanzar las bendiciones de la Plenitud del Evangelio que fue restaurado en la actualidad.

Los misioneros, probablemente le han tocado la puerta  en alguna ocasión y así como usted, millones de puertas han sido tocadas en el mundo entero por estos mensajeros de amor y miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Sin embargo, son muchas las puertas que a pesar de haber sido tocadas por estos mensajeros de Dios no han sido abiertas y otras han sido cerradas sin siquiera saber de qué se trata tan maravillosa oportunidad.

Me las sabía todas

Cuenta Andrés Milano (nombre cambiado), que habiendo sido parte de una familia protestante, conocía mucho de la Biblia y creía que sabia lo suficiente y el resto del mundo, ajeno a la religión que vivía, simplemente estaba equivocado y ya estaban condenados a la reprobación divina.

Cuenta Andrés: “Podía ver a muchos religiosos pasar frente a mi casa pero sentía rechazo hacia ellos solo al verlos y saber que no eran de mi fe. Pude hablar en varias ocasiones con personas que tocaron la puerta de mi casa, pero éstos solo me daban mensajes vacíos y sin real importancia.

¿¡De qué hablas…!?

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Misioneras mormonas

 

En una oportunidad, me despertó un grupo de personas que tocaban insistentemente la puerta de mi casa. Al salir a ver de qué se trataba, uno de ello me dijo: -Le traemos las buenas nuevas de salvación-… a lo cual realmente me sentí interesado… al esperar tal vital información, la persona me manifestó algunas expresiones sin un real sentido.

-¿Sabe usted que Jesucristo tenía cabello corto y no largo?, ¿Sabía usted que Jesucristo murió en un madero recto y no en una cruz?-. Luego de pensar en tales palabras y lo vacío e inútil de tal mensaje les pedí que me dejaran donde estaba, porque lógicamente ese no era un mensaje que me ofreciera más de lo que tenía y evidentemente no serviría para mi salvación.

¿¡Otra vez…!?

Pasó mucho tiempo y en una ocasión escuche algunos tímidos toques a mi puerta. Al abrirla pude ver a dos jóvenes muy bien presentados que llevaban en su pecho una placa negra con sus nombres. De primer momento, me llamó poderosamente la atención que tenían el mismo nombre y sus apellidos era diferente: Élder Rojas y Élder Clement. Uno era de Maracaibo, estado Zulia y el otro de Utah, Estados Unidos.

Recuerdo que al verlos lo que se me vino a la mente fue: ¿Con qué me van a salir éstos ahora? Sin embargo, la sorpresa fue grande cuando me explicaron que el mensaje que traían se trataba del significado del sacrificio expiatorio de Jesucristo y por medio del cual toda la humanidad puede ser salva. También me hablaron de otras nuevas cosas para mí como la Restauración del Evangelio y de la existencia de profetas verdaderos en la actualidad.

Un mensaje de verdad

Un mes después decidí bautizarme y unirme a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, a pesar de las luchas y argumentos que mis familiares expresaban en contra de estos jóvenes y de su mensaje. Yo ya había leído ese maravilloso texto llamado: El Libro de Mormón, Otro Testamento de Jesucristo y también sabía que era la palabra de Dios. La profundidad del mensaje de estos jóvenes marcó mi vida para siempre y por la eternidad.

Antes llegué a temer abrir la puerta de mi casa cuando alguien la tocaba, no fueran a hacerme perder el tiempo como en ocasiones anteriores. Pero esta vez fue diferente y obtuve verdades eternas; un mensaje verdadero y que me dieron mayor luz y verdad”.

Así como Andrés, la puerta de cada hogar pude ser visitada por los Misioneros de La Iglesia de Jesucristo, de ser así, cuando toquen su puerta recíbalos con alegría y sabiendo que llevan a sus vidas el mensaje de Jesucristo y la plenitud del Evangelio Restaurado, por medio del cual no solo llegarán a ser salvos, sino que podrán permanecer unidos a sus familias por tiempo y eternidad.

Reinaldo y Rosselly

 

 

 

 

Reinaldo Mendoza

Miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, donde sirve como Obispo del Barrio Unión, Estaca Los Sauces, Valencia-Venezuela. Periodista (Comunicador Social, mención Desarrollo Social), egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta en Venezuela. Magister en Teaching Higher Education, egresado de la Caribbean International University.

 

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