Las tres mujeres más poderosas en el liderazgo mormón se reunieron recientemente para hablar abiertamente sobre sus papeles como líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, cuyos miembros a veces son llamados mormones. Ellas hablaron acerca de lo que significa ser una mujer mormona, en particular una con gran responsabilidad de liderazgo, y sobre cómo sentían que la Iglesia trataba a las líderes.
Las mujeres mormonas sirven en todos los niveles de La Iglesia de Jesucristo
Las mujeres encabezan la Sociedad de Socorro, que es la organización oficial para las mujeres mormonas, el programa de Mujeres Jóvenes para las mujeres adolescentes, y la Primaria, que es para los niños. Sus posiciones, como todos los cargos en la Iglesia, se desempeñan sin remuneración, pero a diferencia de la mayoría, son de tiempo completo por una cantidad de años. No se espera que estos sean llamamientos para toda la vida. Cada mujer tiene dos consejeras y una secretaria para ayudarla. La presidenta de la organización de las Mujeres Jóvenes, la hermana Dalton, ha sido relevada desde que se produjo la entrevista.
Dos de las mujeres también sirven en la junta directiva del Sistema Educativo de la Iglesia que supervisa tres universidades de propiedad de los mormones, una escuela de negocios y un programa de educación religiosa no dominical para adolescentes y estudiantes universitarios. Estas mujeres son las presidentas de la Sociedad de Socorro y de las jóvenes adolescentes y sirven porque aquellas a quienes dirigen son impactados por esas decisiones. En esta mesa directiva ellas se están reuniendo con la Primera Presidencia (el profeta y sus dos consejeros) y los presidentes de las universidades y son capaces de hablar a favor de las necesidades específicas de las mujeres, así como las necesidades de todos los estudiantes.
El liderazgo mormón incorpora los consejos
Los consejos son el corazón del liderazgo mormón. En todos los niveles de liderazgo de la iglesia, los líderes se reúnen en estos consejos para planificar las necesidades de las organizaciones a las que lideran. Las tres mujeres mormonas entrevistadas hablaron sobre sus experiencias en estos consejos, donde tienen una voz importante para expresar sus inquietudes y evaluar las situaciones desde sus perspectivas únicas. Cuando los mormones estaban considerando reducir la edad del servicio misional, los líderes de la Iglesia pidieron la opinión de sólo las mujeres en un momento dado, ya que las edades de servicio de las mujeres también se reduciría y, de hecho, el cambio de edad tendrían un mayor impacto en ellas de lo que tendría en los hombres.
Las mujeres dijeron que sus opiniones son tomadas en serio y ha habido momentos en que una decisión fue pospuesta después de que las mujeres sacaran temas que los hombres no habían considerado previamente. Ellas dijeron que los hombres eran muy conscientes de los problemas que las mujeres enfrentan y eran continuamente educados por las mujeres con las que trabajaban.
Las mujeres y el sacerdocio mormón
Las mujeres también abordaron cuestiones relativas al sacerdocio. Sólo los hombres mormones poseen el sacerdocio, como fue el caso en la Biblia y en el propio ministerio de Jesús. Él eligió sólo a hombres como sus apóstoles, porque los apóstoles debían poseer el sacerdocio. Al mismo tiempo, mostró mucho más respeto por las mujeres que muchos en ese tiempo, animándoles a ser eruditas y líderes religiosas.
Las mujeres explicaron que muchas personas entienden mal el sacerdocio porque piensan que se trata de los hombres, pero se trata únicamente de una forma de acceder al poder de Dios. «Bueno, ya saben, el poder del sacerdocio; hay una diferencia entre la autoridad del sacerdocio y el poder del sacerdocio. Y creo que a veces la gente no entiende eso. Puede ser que la autoridad pueda ser conferida a un hombre, pero el poder sólo puede ejercerse en la pureza», explicó la hermana Dalton.
La hermana Burton señaló que las mujeres reciben el poder del sacerdocio de la misma manera que los hombres a través de su propia fe y dignidad. Los hombres pueden llevar a cabo las funciones del sacerdocio, pero sólo para bendecir a otros. No pueden usarlo sobre sí mismos. Si un hombre se enferma, por ejemplo, tiene que buscar a otros dos hombres para que le administren una bendición de salud a él. No puede darse una bendición a sí mismo.
La hermana Wixom habló sobre una reunión que tuvo con un apóstol mormón dos semanas después de ser llamada para dirigir a los niños mormones. Se le realizó una pregunta importante y el apóstol le dijo que ella debía pensar en ello, porque sólo ella podía obtener la respuesta a la pregunta, él no iba a recibir esa información de parte de Dios, porque él no tenía la autoridad sobre la posición. Ella así lo hizo.
La hermana Burton dijo: «La igualdad es un término interesante. No siempre significa uniformidad, sino que son de igual valor, sin importar dónde nos encontremos en la Iglesia o en el hogar, somos sin duda de igual valor. En la casa somos líderes espirituales por igual. Y por eso creo que es algo importante que a veces se entiende mal».
Señaló que para la que la iglesia funcione, es necesario que haya una variedad de contribuciones y fortalezas. Si todos hiciéramos el mismo trabajo, habría mucho que no se haría. Lo que importa no es quién sostiene el paraguas, sino que todos tengamos acceso a él.
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