Los mormones, también conocidos como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, creemos en seguir las enseñanzas del Salvador, Jesucristo. Uno de mis pasajes favoritos de las escrituras está en Efesios 4:32: «Más bien, sed benignos los unos con los otros, misericordiosos, perdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo».
El Salvador nos dio el ejemplo de amor y bondad que nosotros debemos seguir.
Elder Joseph B. Wirthlin, a member of the Quorum of the Twelve Apostlesof The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, said in April 2005:
El élder Joseph B. Wirthlin, miembro del Quórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, dijo en abril de 2005:
Jesús, nuestro Salvador, fue la personificación de la bondad y de la compasión. Él curó al enfermo; dedicó gran parte de Su tiempo a ministrar individual y colectivamente; trató caritativamente a la mujer samaritana a la que muchos despreciaban; mandó a Sus discípulos que dejaran a los niños acercarse a Él; fue bondadoso con los que habían pecado, condenando sólo al pecado y no al pecador; ejerció gran bondad al permitir que miles de nefitas se acercaran a Él y palparan las marcas de los clavos en Sus manos y Sus pies. Aun así, Su mayor acto de bondad reside en Su sacrificio expiatorio con el que nos liberó a todos de los efectos de la muerte y del pecado de acuerdo con las condiciones del arrepentimiento.
Tal como el élder Wirthlin dijo tan elocuentemente: «La bondad es el modo en que una persona que se asemeja a Cristo trata a los demás».
Eso me recuerda a una canción que aprendí en la Iglesia cuando era una niña. Se llama «La bondad por mí empieza», y dice: “Bondad mostraré a todo ser, así se debe actuar. Es por eso que digo: ‘La bondad debe por mí empezar’”
El élder Wirthlin también dijo:
La bondad es la esencia de la grandeza y la característica fundamental de los hombres y de las mujeres más nobles que he conocido. La bondad es un pasaporte que abre puertas y da forma a los amigos; ablanda el corazón y moldea las relaciones que pueden durar toda la vida.
Conocí una vez a alguien que a veces era impopular entre sus compañeros y no siempre era amable conmigo. Pero fui aconsejada por un amigo sabio y amoroso de ser siempre amable con él y recordar que él también es hijo de Dios. Llegué a quererlo como persona, y le agradezco las lecciones que me enseñó. Tengo un dulce recuerdo que atesoro: cuando me mudé, había lágrimas en sus ojos mientras decía adiós. Fue un mentor y un amigo, y yo me habría perdido esa relación si no hubiera sido amable.
Los mormones son agradables porque buscan emular al Salvador, quien dijo: «En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros» (Juan 13:35). Tal como el élder Wirthlin dijo: «¿Quién conoce la gran influencia que podríamos ejercer si tan sólo fuéramos amables y bondadosos?»
Este artículo fue escrito por Lisa Montague, miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
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