5 Memorias inspiradoras del Profeta Jose Smith

octubre 9, 2014 • Acerca de los mormones, fe y esperanza, Jóvenes mormones, Los Mormones • Views: 5814

Como el Profeta Fundador y líder de la iglesia de Jesucristo de los Santos, José Smith, es un personaje histórico fascinante. A menudo he pensado que si pudiera volver atrás en el tiempo y conocer a cualquier persona en la historia moderna, me encantaría tener la oportunidad de mirarle a los ojos del Profeta Joseph Smith y oírle predicar uno de sus sermones magníficos. Aunque murió como un mártir antes de llegar a los 40 años, la influencia de Joseph Smith en la fe y la religión es incomparable entre las figuras de la historia estadounidense. Lo que comenzó como un grupo de seis personas en una pequeña casa en Nueva York, cuando la Iglesia oficialmente se organizó el 6 de abril de 1830, se ha convertido en una fe intensa, mundial y centrada en Cristo con una membresía de más de 15 millones.

 

A continuación se presentan cinco breves relatos de testigos, incluyendo a los niños pequeños, que conocieron o se reunieron con el Profeta Joseph Smith durante su vida. Cada recuerdo describe un elemento de la personalidad o el carácter de Joseph Smith, y cada uno da testimonio de la calidad de hombre; el cual, los mormones reverencian como un profeta divinamente llamado a través del cual Dios restauró la plenitud del evangelio de Jesucristo en los tiempos modernos.

 

Simpatía

 

«En una reunión social de los Santos en Bowery cerca del área del Templo, lo vi alegrarse con la gente, muy sociable y sin ninguna reserva, de vez en cuando pronunciando bromas para su diversión, Y de la misma forma con los más humildes y más pobres de sus amigos; para él no había extraños y se le conoció como el Profeta y un amigo de la humanidad… lo vi en la cabecera de Emma, su esposa, en la enfermedad, exponiendo toda su extremada atención y compasión posible para uno de los más tiernos corazones. Y en el lecho de muerte de mi querido compañero, lo he visto estar de pie en la tristeza, sometiéndose a regañadientes al decreto de Providencia, mientras sus lágrimas de amor y compasión fluyeron libremente.»

Mercy Rachel Thompson, «Recuerdos del Profeta José Smith», Instructor Juvenil 27, núm. 13 (el 1 de julio de 1892): 398-99.

 

Humildad

 

«Yo iba a menudo con mi padre a las reuniones desde donde vivíamos, ocho millas de Nauvoo, y volvíamos caminando a casa el mismo día después de escuchar al profeta José Smith, al Patriarca Hyrum y a otros predicar con gran poder. Yo tenía entonces catorce años de edad, pero que estaba muy ansioso de ir a las salas de reuniones y escuchar a los siervos del Señor. En una ocasión cuando fui con mi padre a Nauvoo a una reunión el 6 de abril, [1844]… en el bosque no lejos del templo, una gran congregación se reunió, habiendo recorrido un largo camino a pie. Con algunos otros chicos trepé algunos tablones detrás de la ubicación temporal  para poder escuchar cada palabra que decían. Estaba sentado muy cerca del Profeta Joseph Smith que casi me tocó su ropa. Yo no había estado mucho tiempo en la iglesia… y me di cuenta de su forma particular de vestir y actuar. Recuerdo que tenía una ligera capa de lino coloreada con un pequeño agujero en cada manga de su abrigo. Recuerdo que pensé que no parecía un hombre orgulloso y que me inspiró, con gran fe y confianza, que él era un gran Profeta del Señor.»

Goudy E. Hogan. «Historia de Goudy Hogan, del Diario de su propia Mano», copia del texto escrito a máquina, BYU Colecciones Especiales, Biblioteca de Harold B. Lee, Provo, Utah.

 

Bondad

 

«Otra vez mi hermano mayor y yo íbamos a la escuela, cerca del edificio que era conocido como almacén de ladrillo de José. Había estado lloviendo el día anterior, lo que provocó que el suelo estuviera muy fangoso, especialmente a lo largo de esa calle. Mi hermano Wallace y yo como íbamos muy rápido por el barro no podíamos salir, y por supuesto, como niños que éramos, comenzamos a llorar, ya que creíamos que nos tendríamos que quedar allí. Pero al alzar la vista, observéal amigo de los niños, el Profeta José, viniendo a nosotros. Pronto nos tenía sobre terreno seco y más alto. Entonces se inclinó y limpió el barro de nuestros zapatos pequeños y muy sucios, tomó el pañuelo de su bolsillo y limpió nuestros rostros llorosos. Y nos habló palabras amables y nos dio ánimo, luego nos envió por nuestro camino a la escuela. ¿Fue algo maravilloso amar a ese gran, bueno y noble hombre de Dios? Mientras crecí, sentí honrarlo y amarlo por su misión en la tierra y en la restauración del Evangelio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.»

Margaret M. Burgess, «Recuerdos del Profeta José Smith,» Instructor juvenil 27, Nº 2 (15 de enero de 1892): 66-67.

 

Amistad

 

«En el año 1842, fui con mis padres de Indiana a Nauvoo, Illinois, y un día soleado cuando volvíamos a tres millas de la ciudad encontramos una calesa con dos hombres en ella. La calesa giro fuera de la carretera y se detuvo. Mi padre conducía el nuestro, y paró a los caballos. El hombre en la calesa preguntó si nos dirigíamos a Nauvoo. Mi padre contestó que sí. El señor en la calesa dijo; ‘Sin duda han oído del profeta José Smith’. Mi madre entonces contestó; ‘Hemos venido quinientas millas para verle’. ‘Soy ese hombre’, contestó la persona que estaba en la calesa, que sirvió del portavoz, y luego nos llamó a todos nosotros hasta el lado de la calesa y estrechó nuestras manos y le dio algunas instrucciones a mi padre sobre donde ir para comprar alguna tierra y ubicarnos cerca de la ciudad. Pero una cosa que recuerdo claramente, fue cuando el Profeta cogió mi mano y me dijo, ‘que Dios te bendiga, mi pequeño hombre’.  Sentí una emoción a través de todo mi cuerpo como una corriente eléctrica, y puedo decir que los recuerdos de mis sentimientos en esa ocasión me han seguido a través de mi vida, y cuando los peligros en mar y tierra amenazaron mi destrucción, he pensado en el Profeta José Smith, y todos los peligros se fueron de mí».

Amasa Potter, «Una reminiscencia del Profeta José Smith,» Instructor juvenil 29, Nº 4 (15 de febrero de 1894): 131-32.

 

Caridad

 

«Lo he visto en el patio de juegos con ‘los muchachos’, como los llamaba, jugando a la pelota, lucha libre, saltos y ayudando a enrollar leña en los edificios para las viudas. Lo he visto en público y en privado conversando con los Santos en varias ocasiones, tan amable, tan caritativo, tan noble en apariencia, amó a los Santos. Quiso sufrir por ellos y morir si fuera necesario. Antiguos miembros de la Iglesia nunca se cansan de hablar de José, de lo que hizo y dijo. Hace que en su memoria este fresca para siempre y con los hijos de los Santos».

James W. Phippen, «José Smith, el Profeta», Diario de una joven 17, no. 12 (Diciembre 1906): 540.

 

Escrito por AggielandMormons.org

Fuente: LDS.net

2 Responses to 5 Memorias inspiradoras del Profeta Jose Smith

  1. jorge luis dice:

    Un gran ejemplo a seguir . Loor al profeta

  2. santa dice:

    hola mi nombre es Santa y estuve viendo los cinco msj del hermano Jose Smith me gusta mucho su evangelio y he asistido y tengo dos hermaa la iglesia de honduras el progreso yoro y estuve x barcelona en el ano 2007 y tambien visite una iglesia x alla, en honduras tengo dos hermanos bautizados ya mi hermanos un miembro del ovispado me a dado mucho gusto haber vistos un poco mas sobre los mormones un gran ejemplo para la juventud se les quiere y aprecia Amen

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